Exposición solidária

La obra de Joan Mas supone una singular apuesta artística que sorprende y fascina al público que por primera vez la descubre.

La fusión de técnicas diversas, la omnipresente presencia de los números, la extraña y desconcertante mezcla de rigor, maestría y pasión provoca, en quienes se acercan, una experiencia cargada de admiración y de interrogantes, el tipo de vivencia que despierta la expresión artística cuando es honesta, valiente y sincera.

La formación técnica y la experiencia profesional de Joan Mas se ha desarrollado a lo largo de los últimos decenios en el campo de las artes gráficas y del diseño orientado, de forma prioritaria, hacia el campo de la rotulación. El rótulo público, surgido casi siempre con una voluntad de promoción comercial, se convierte en uno de los iconos de nuestros espacios urbanos; es casi imposible imaginar una villa sin su constelación de reclamos que proclaman las identidades de las empresas o que promocionan varios productos. El rótulo es, por tanto, una seña de identidad de nuestra sociedad de consumo, un elemento que, de forma irreversible, la define al formar parte de nuestra cotidianidad. Mas parte de ese campo expresivo, que conoce en toda su complejidad, y lo transfigura a través de la creación artística; cuando observamos su obra reconocemos unas técnicas, unas texturas, unos volúmenes, unos colores y unas formas, pero todo esto se nos aparece transformado. En sus composiciones, todos estos elementos no están al servicio del objetivo comercial antes mencionado, sino que se ordenan para traspasar una serie de emociones artísticas; recogiendo la herencia del pop-art de los años sesenta y de la iconoclastia vanguardista, Mas descoloca al público al emplear unos elementos -el rótulo y su técnica de elaboración- que se integran en nuestro escenario vital, pero que son deconstruidos y reinventados al saber utilizarlos para expresar emociones y vivencias complejas.

¿Y qué encontramos en los cuadros? Números. Básicamente números que, agrupados o solitarios, en orden o en medio de un caos, saltironeando o estables, urden una cadena de emociones que nacen de su singular capacidad de evocación. El número es la abstracción pura, el palo de pajar del lenguaje matemático, que es la expresión más pura del lenguaje científico. Pero también es emoción, pensamiento y filosofía, vivencia, recuerdo y esperanza. Mas sabe que el lenguaje verbal es equívoco y el matemático, unívoco, pero también sabe, y nos recuerda, que ambos tienen una infinita capacidad connotativa, emocional, y opta por escoger como núcleo de su expresión artística el número, principio y final de todas las cosas.

En la obra de Mas se produce una extraña metamorfosis: mezclando una depurada técnica propia del campo expresivo comercial y expresándose a través de los números, logra traspasar emociones. La suma de los dos elementos constitutivos -técnica+números- nos podría hacer pensar en algo frío, técnico, alejado de la expresión artística: él consigue lo que parecería una imposibilidad y genera piezas donde la emoción y la reflexión llegan a quien contempla sus composiciones.

El artista es aquél que, a través de un camino propio y personal, descubre que la realidad puede ser mirada de otra manera, aquél que sabe encontrar una compleja profundidad en lo cotidiano; Joan Mas hace todo esto con un compromiso artístico noble y sincero, riguroso y metódico, recogiendo su experiencia técnica, poniendo en las vivencias que todos compartimos y construyendo un discurso que conmueve por su coherencia y profundidad. Mas ha empezado un camino; habrá que seguir atentamente todo su viaje artístico.

Colaboran: Ayuntamiento de Roses, Wine Palace, Cerrajería Mates, Carpintería Copos, Hotel Terraza